3. Sancti Petri - Arroyo Carrajolilla

En esta ocasión nos adentraremos por el caño de Carboneros, en dirección a Cerrmolinos, para llegar hasta el arroyo de la Carajolilla, aunque este arroyo parezca insignificante, tiene dos afluentes: el arroyo de Ahogarratones, procedente de Campano, y el arroyo de las Veguetas; todos ellos son arroyos estacionales. Esta ruta conviene hacerla con la marea lo mas alta posible, escogeremos un día que la marea alta sea una hora mas tarde de la hora de salida, así aprovecharemos el reparo de la marea, para hacer el recorrido sin corrientes.

Como de costumbre, saldremos de la playa que hay junto al puerto de Sancti Petri.

Bordearemos el puerto deportivo, para entrar por el caño Chanarro.

Con un grupo de amigos en el caño Chanarro.

Dejaremos los areneros abandonados por nuestra izquierda.

Rumbo a la salina "Santa Teresa la Nueva".

Bordearemos la salina "Santa Teresa la Nueva", dejando por la derecha la vuelta de fuera.
Vuelta de fuera: es el muro de contención del estero, que linda con el caño, originariamente era un muro reforzado con piedra ostionera y estacas, para protegerlo de los temporales.
Hoy día lo reparan con camiones de escombros.
Una vez que lleguemos al caño Carboneros, seguiremos caño adentro en dirección a la salina Carboneros, tomaremos como referencia la casa salinera que hay en esta salina.

Continuamos por el caño hasta llegar al puente de la carretera de La Barrosa.

Pasando junto al restaurante "Popeye".

Depuradora de La Barrosa.
Aunque doy fé del buen funcionamiento de la depuradora, esta ruta conviene hacerla en temporadas en que la depuradora no tenga mucho "trabajo".

Puente junto a la depuradora. Fin de nuestro trayecto, por motivos obios.

Iniciamos el regreso a Sancti Petri, pasando junto a la urbanización Cerromolinos.

Pilotada sobre este paraje, esá planeada la construcción de una carretera. . .

Al fondo el puente de la carretera de La Barrosa.

Compuertas de la vuelta de fuera de la salina de Carboneros.

Ya cerca de Santi Petri veremos a un "viejo" amigo.
Para saber más sobre las salinas de la Bahía de Cádiz:

2. Castillo de Sancti Petri

En la segunda ruta visitaremos el mítico Castillo de Sancti Petri. La principal recomendación para esta ruta es escoger la marea adecuada. Deberemos salir una o dos horas antes de la bajamar, la corriente nos ayudará a llegar al castillo y a la vuelta con la marea creciente se invertirá el flujo de la corriente, que aprovecharemos para llegar a Sancti Petri.


Comenzaremos esta ruta en la playa de Sancti Petri.


Isa y Pepe rumbo al castillo.


Con mis queridisimas Paula G. y Paula C., en la Isla de las Gaviotas, como algunos llamamos al banco de arena que se forma a la salida del caño de Sancti Petri.


Aunque parece una vulgar roca, en realidad es el motor de un barco que encalló por dentro de la barra, cerca del castillo.


Paula G. y Paula C. llegando al castillo.


Mi sobrino Javi en su primera toma de contacto con el kayak. Salimos con la marea bajando, aunque todavía rebasaba la barra, por lo que la mar estaba un poco revuelta. Le costó trabajo pero llegó como un campeón. La vuelta con la marea baja fue mas llevadera.


Castillo de Sancti Petri
Los fenicios fundaron Gades a comienzos del siglo XII a. de C. en la isla Erytheia, alzando un santuario a Melkart, figuración primitiva del Hércules romano, en el extremo sur de la isla Kotinoussa. Los griegos le dieron posteriormente el nombre de Herakleion, al identificarlo con su héroe Heracles.
En el siglo I a. de C., el geógrafo e historiador griego Estrabón refiere, en el tomo III de su Geografía:
"...dicen que un oráculo envió a los navegantes fenicios de la ciudad de Tiro, para fundar una factoría mas allá de las columnas de Heracles. Y emprendieron el viaje, llegando a un lugar donde hoy se encuentra la ciudad de los exitanos e hicieron sacrificios a los dioses que no les fueron favorables, volviéndose a sus tierras. En el segundo viaje pasaron las Columnas y llegaron a una isla que se encuentra cerca de Onuba, allí tampoco los sacrificios hechos a los dioses les fueron favorables, volviendo de nuevo a sus casas. En el tercer viaje, desembarcaron en una isla cerca del continente, sí le fueron favorables los presagios, y fundaron la ciudad de Gadir en el extremo occidental de la isla y en el oriental el templo de Melkart, separados una de otro doce estadios de distancia en representación de los doce trabajos de Hércules..."
El santuario se parecía al templo de Salomón en Jerusalén, diseñado y equipado al estilo fenicio por artesanos traídos por Hiram rey de Tiro, cuñado de Salomón. Tenía el templo las puertas decoradas, flanqueadas por dos columnas de bronce con hachones en los que resplandecía el fuego o se quemaban perfumes, y una altura de unos 10 metros y medio, con grandes vigas de madera en el techo. El edificio recibía la luz por unas ventanas situadas debajo de los aleros, técnica que procedía de la arquitectura egipcia.
Según narra, el político y poeta romano, Silio Itálico en el siglo I a. de C.:
"...en el frontispicio aparecían los doce trabajos de Hércules labrados en bronce...".
Según Estrabón, en las columnas de la entrada los navegantes hacían sus sacrificios. Abundaban en el santuario los altares de bronce con escenas de la vida de Hércules donde ardía el fuego perpetuo, cuidado por la incesante vigilancia de sus sacerdotes.
Dado el origen semita de los fenicios, en el interior del templo no existía ninguna imagen del dios.


Cuenta el historiador latino Pomponio Mela, que bajo el templo estaban enterrados los restos de Hércules, de ahí su gran fama. Además, contenía reliquias tan famosas como el cinturón de Teucro, héroe griego hijo de Telamón, y el árbol de Pigmalión cuyos frutos se decía que eran esmeraldas.
También eran famosos dos pozos de agua dulce, que tenían un régimen de crecidas inverso al de las mareas.
Por aquí pasaba la Vía Heráclea que, partiendo de Cádiz, enlazaba con la Vía Domitia en los Pirineos. Aunque recibió diferentes denominaciones según las épocas, es comúnmente conocida por Vía Augusta, debido a las rectificaciones y reparaciones que el emperador Augusto efectuó en la misma entre los años 8 y 2 a. de C.
Las fuentes histográficas clásicas relatan que muchos personajes célebres, ilustres por sus hazañas o su nobleza, visitaron este templo.
Se cuenta que el general cartaginés Halmílcar exigió a su hijo Anibal que, en este templo, jurase odio eterno a Roma.
El Emperador César Augusto en su visita al Templo de Hércules, viendo que se realizaban crueles sacrificios humanos, mandó prohibirlos.
En este santuario, Julio César tuvo un sueño que le predecía el dominio del mundo, después de haber llorado ante el busto de Alejandro Magno, por haber cumplido su edad, 33 años, sin haber alcanzado un éxito importante.
En los siglos I y II de nuestra era, durante la dominación romana, persistió el esplendor del templo, prueba de ello es que el Emperador Nerón pidió que se hicieran rogativas en él.
Según algunos, el Apóstol Santiago desembarcó en la Isla de Sancti Petri para erradicar el culto pagano en el templo y consagrarlo al culto cristiano, consagrándolo a San Pedro, de ahí el nombre actual de Sancti Petri. Aunque lo más probable es que el culto a Hércules debió cesar cuando el Emperador Teodosio, en el año 384, prohíbe las manifestaciones de religiones paganas.


La existencia del Templo de Hércules se constata por los textos griegos y latinos, citados desde el siglo XVI por historiadores y eruditos, y por los importantes restos arqueológicos hallados desde principios del siglo XX, como la estatua de un emperador romano divinizado de gran tamaño encontrada en 1905, una estatuilla de bronce de la Fama dirigiendo una cuadriga y una gran estatua toracata de bronce, hallada en Rompetimones en 1925. Todos ellos se encuentran en el Museo de Cádiz.
Comenzó su decadencia en el siglo IV, perdiendo su pasada grandeza durante el dominio visigodo.
El santuario sufrió ataques y destrucciones durante el período islámico, posteriormente la acción del mar y las sucesivas ocupaciones que sobre él se produjeron y la reutilización de sus piedras para obras de fortificaciones en otros sitios, hicieron desaparecer cualquier vestigio de su esplendoroso pasado.
A finales del siglo XIII, tras la conquista y repoblación de Cádiz por Alfonso X el Sabio, en la isla de Sancti Petri se construyó una torre atalaya, con la finalidad de dar la alarma en caso de producirse una incursión de piratas berberiscos.


Tras el descubrimiento del nuevo mundo, a finales del siglo XV, se inicia el comercio con América, estableciéndose en Sevilla la Casa de Contratación de Indias, que pasa posteriormente a Cádiz y con ella todo el aparato administrativo, comercial y naval. Cádiz se convirtió en el lugar más apetecido para las incursiones de los enemigos de España, por lo que se rehabilitaron y construyeron diversos fuertes y castillos, entre ellos las famosas murallas de Cádiz.
Las construcciones defensivas, y buena parte de las civiles y oficiales de Cádiz, se hicieron empleando la piedra ostionera extraída del arrecife de Sancti Petri, como se puede apreciar, cuando baja la marea, en los cortes rectangulares que presentan algunas de sus piedras.
El castillo de Sancti Petri sufrió varias reformas, siendo la última la realizada a partir de agosto de 1762, quedando con la fisonomía que se puede ver en la actualidad. Estuvo dotado de 13 cañones de 24 pulgadas, 6 de 16, 5 de 12, 1 mortero de 14 y 2 obuses de 9. También fue usado como centro penitenciario militar, donde se cumplían los castigos impuestos por faltas menores.
Durante el bloqueo de las tropas Napoleónicas a Cádiz y San Fernando, entre 1810 y 1812, el castillo fue duramente bombardeado.
En 1823, durante el asalto a Cádiz de los Cien Mil Hijos de San Luís, al mando del Duque de Angulema, para liberar a Fernando VII, el castillo vuelve a sufrir un intenso bombardeo.


Mas sobrinos, este es Pepe. Fuimos a la tradicional concentración de kayaks de Sancti Petri, y como le pareció muy corto el recorrido seguimos hasta el castillo.


Vista del polvorín, destaca la anchura de sus muros y techo; tiene dos pequeñas aberturas de aireación en forma de "S" para evitar que alguna bala pudiese entrar; su única puerta está mirando hacia el sur, en caso de producirse una explosión la onda expansiva se desviaría hacia el mar.


Mi ahijado Adolfo, un gran deportista. Salimos un día esplendido y de camino se empezó a nublar, al llegar al castillo nos cayó un chaparrón tremendo con algún que otro trueno.


Maricarmen y Quico en la punta del arrecife.


Vista del castillo desde la barra, con marea baja. La vuelta por fuera de la barra solo la recomiendo cuando se vaya acompañado de gente experta que conozca las peculiaridades de la zona.


Para finalizar la ruta haremos una parada en el ...
Monumento Natural "Punta del Boquerón"
Elemento geográfico de alta relevancia geomorfológica y paisajística que constituye el extremo de una flecha arenosa característica de la tipología de otras existentes en litoral suratlántico ibérico.Localización: San Fernando (Cádiz). Superficie: 745.307 m2
Monumento Natural
Los Monumentos Naturales son espacios o elementos de la naturaleza constituidos básicamente por formaciones de notoria singularidad, rareza o belleza, que merecen ser objeto de protección especial. Se pueden considerar también Monumentos Naturales, las formaciones geológicas, los yacimientos paleontológicos y demás elementos de la gea que reúnan un interés especial por la singularidad o importancia de sus valores científicos, culturales o paisajísticos. La declaración de un espacio o elemento como Monumento Natural se hace por Decreto del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía.


PUNTO MAGICO - TEMPLO DE HERCULES
CAMINANTE, DESDE AQUÍ TUS OJOS CONTEMPLAN HOY EL MISMO
ESCENARIO QUE HACE 3.000 AÑOS CONTEMPLARON LOS FENICIOS Y
ELIGIERON PARA CONSTRUIR SU FAMOSO TEMPLO A MELKART
(HOY CASTILLO DE SANCTI PETRI).
TU DISFRUTAS AHORA DE ESTE ESPECTÁCULO ÚNICO QUE TANTO LOS
FENICIOS COMO ANÍBAL Y JULIO CÉSAR PUDIERON VER AL ATARDECER
DURANTE LOS EQUINOCCIOS DE PRIMAVERA Y OTOÑO CUANDO EL
CANDENTE DISCO SOLAR SE PONÍA JUSTO SOBRE LA VERTICAL DEL
SANTUARIO DE HÉRCULES ANTES DE QUE, SEGÚN SUS CREENCIAS, SE
APAGARA EN LAS AGUAS DEL ATLÁNTICO CON ESTRUENDOSOS CHIRRIDOS.
CHICLANA DE LA FRONTERA - VII CENTENARIO
1.303 - 2.003


Todos los años, coincidiendo con el equinoccio de primavera, el Ateneo de Chiclana, cabalmente presidido por mi cuñado Paco, organiza un acto cultural en el que se leen poemas mientras se espera la puesta de sol.
Esta foto fue tomada en 2003, en estos años tanto la inscripción como la plataforma de granito han sido victimas de la incultura del gamberrismo, encontrándose ambas en un estado lamentable.

1. Paraje Natural "Marismas de Sancti Petri"

El Paraje Natural Marismas de Sancti Petri se encuentra situado en el término municipal de Chiclana de la Frontera (Cádiz), dentro del Parque Natural Bahía de Cádiz. Tiene una superficie de 170 hectáreas. Fue declarado como Paraje Natural mediante la Ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprueba el inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía y se establecen medidas adicionales para su protección (BOJA núm. 60, de 27/07/1989). Al estar situado en el Parque Natural Bahía de Cádiz, es como éste: Zona de Especial Protección para las Aves [ZEPA(1993)], sitio Ramsar desde 2002 y se encuentra propuesto como Lugar de Interés Comunitario (LIC). El área de dicho parque natural es uno de los ecosistemas de marismas mareales del arco suratlántico ibérico, constituye un hábitat de reposo y alimentación para numerosas aves acuáticas tanto en invernada como en sus rutas migratorias y reviste especial importancia como lugar de cría de algunas especies de aves, fundamentalmente gaviotas, límicolas y estérnidos, y también como lugar de cría y alevinaje de poblaciones suratlánticas europeas de peces, crustáceos y moluscos. Entre las aves reproductoras en el área del parque natural mencionado destacan la Gaviota Patiamarilla (Larus cachinnans), el Chorlitejo Patinegro (Charadrius alexandrinus), la Avoceta Común (Recurvirostra avosetta), la Cigüeñuela Común (Himantopus himantopus) y el Charrancito Común (Sterna albifrons). Entre las aves sedentarias se encuentran la Totovía (Lullula arborea), la Cigüeña Blanca (Ciconia ciconia) y el Buitrón (Cisticola juncidis).También destacan otras aves litorales como el Correlimos Tridáctilo (Calidris alba), el Correlimos Común (Calidris alpina), el Chorlitejo Grande (Charadrius hiaticula), el Chorlito Gris (Pluvialis squatarola), la Aguja Colinegra (Limosa limosa) y la Aguja Colipinta (Limosa lapponica), el Archibebe Común (Tringa totanus), el Ánade Silbón (Anas penelope), el Negrón (Melanitta nigra), la Serreta Mediana (Mergus serrator), el Tarro Blanco (Tadorna tadorna), la Gaviota Reidora (Larus ridibundus), la Gaviota Sombría (Larus fuscus), la Gaviota Cabecinegra (Larus melanocephalus), la Gaviota de Audouin (Larus Audouinii), la Garza Real (Ardea cinerea), la Garceta Común (Egretta garzetta), el Flamenco Común (Phoenicopterus ruber), la Espátula Común (Platalea leucorodia) y el Cormorán Grande (Phalacrocorax carbo).

Guía de Aves del Parque Natural Bahía de Cádiz

Al salir del puerto de Sancti Petri pondremos rumbo a San Fernando, lo mas a la derecha posible, sin meternos en fango.

La entrada al Paraje Natural Marismas de Sancti Petri la haremos por el caño Pan de mis Hijos. Para localizar el caño, tomaremos como referencia la nave ubicada en la piscifactoria de Camposoto. Una vez que perdamos de vista la fachada lateral giraremos a la derecha rumbo a la ermita de Santa Ana.

Continuaremos enfilando la ermita de Santa Ana hasta adentrarnos en el caño.

Este es uno de mis caños preferidos, es muy tranquilo y en contadas ocasiones veremos algún barco o gente mariscando.

Al cabo de unos minutos veremos a nuestra derecha un cartel con la indicación: PARAJE NATURAL, seguiremos por el pequeño caño de la derecha.

Continuamos nuestra ruta en dirección a Sancti Petri, hasta llegar al caño de Carboneros, entonces giraremos a la izquierda y enfilaremos hacia la urbanización Los Gallos, un poco mas adelante tendremos que girar a la derecha para seguir el curso del caño.

Por la proa divisaremos un barco abandonado, giraremos a la derecha, por un caño que hay un poco antes de llegar al barco.

Ya nos queda poco para llegar a Sancti Petri.

Paula G. de regreso a Sancti Petri.

Cerca de Sancti Petri podemos observar unos areneros abandonados y un antiguo criadero de almejas.

Antonio M., Antonio R., María Jesús y Jesús, junto a uno de los areneros abandonados.

Al llegar al caño de Sancti Petri veremos de frente la Batería de Urrutia, medio oculta por la vegetación sobre la que asoman los merlones; su interior, cubierto de maleza, aún muestra los rasgos reconocibles de un patio de armas y recintos para la guardia y accesos al paseo de ronda.Su planta es rectangular y en el frente que mira al río está protegida por un potente lienzo de murallas, en uno de sus extremos es curvo para proteger el flanco derecho. La subida de las arenas de la zona, ha dejado las murallas bastante bajas.La estructura de la muralla presenta merlones para la instalación de artillería, quedando cerrada por la parte posterior por una cerca con apertura central que da acceso a un amplio patio de armas en el que se instalaban las diversas dependencias de la guardia, almacenes, etc...

La Batería de Urrutia fue construida durante el siglo XVIII para defender, junto con la que estaba situada en el actual poblado de Santi Petri, la entrada a San Fernando desde el mar por el Caño de Santi Petri. El nombre de la batería se debe al general José de Urrutia, que fue Ingeniero General del Ejército Español. En 1845 se levantó un plano de la fortificación para proceder a su reforma, tras la cual presenta el aspecto actual.Presenta un deficiente estado de conservación y sus muros aparecen semiocultos por la vegetación que la envuelve, otorgándole un cierto matiz romántico a la ruina.Se encuentra bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español. En el año 1993 la Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Autónoma de Andalucía.


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