26.09.2010 Alcoutim - Mértola

Travesía: Alcoutim - Mértola
Fecha: 26 de septiembre de 2010
Distancia: 33,80 kms
Salida: 12:00
Llegada: 17:00
Tiempo paleando: 05h 45m
Tiempo parado: 01h 15m
Velocidad media en movimiento: 5,9 Km/h
Velocidad media total: 4,9 km/h
Viento: N fuerza 1 con rachas de 2
Mareas en Ayamonte:
Bajamar: 11:20 Alt/m. 0.50 Coef. 0.78
Pleamar: 17:40 Alt/m. 3.10 Coef. 0.78
Retraso de la marea en Alcoutim: 1 hora y 30 minutos (aprox.)
Retraso de la marea en Mértola: 3 horas y 45 minutos (aprox.)


Aprovechando que la XVII Regata Internacional de Piraguismo "Río Guadiana" 2010 acababa en Alcoutim, programamos el fin de semana completo, el domingo subiríamos desde Alcoutim a Mértola, para resarcirnos de la última visita al Guadiana.
El domingo nos levantamos reventados, después del esfuerzo del día anterior.
Desayunamos y llevamos un coche hasta Mértola, distante unos 37 kms por carretera. Cuando regresamos a Alcoutim montamos los kayaks en el coche y fuimos a la rampa del cais de Alcoutim, donde vimos atracado un enorme crucero fluvial con un curioso nombre “La Belle de Cadix”.


“La Belle de Cádix” pertenece a la compañía CroisiEurope, fue construido en 2005, mide 110 metros de eslora y 11,4 de manga, con 89 camarotes puede acoger hasta 178 pasajeros. Impresiona ver un barco de este tamaño evolucionar por el río.


A las 12:00, con un día espléndido, por fin nos pusimos en movimiento.


Al principio tuvimos la corriente en contra, aunque nos permitió ir cómodamente a una media de 5 km/h.


Tras varios kilómetros paleando contra la corriente, por fin vimos el Puerto de La Laja y su antiguo cargadero de mineral.


Restos de un pasado no muy lejano, cuando el Guadiana tenía un intenso tráfico de buques cargueros.


Por el camino hicimos una incursión por la “Ribera do Vascão”, pequeño afluente del Guadiana aunque de gran valor ecológico, que hace de separación entre las regiones portuguesas del Algarve y el Alentejo.


Continuamos nuestra navegación, ahora con la corriente casi imperceptible. Tras un recodo del río pudimos contemplar las primeras vistas de Pomarão y el polémico puente sobre el río Chanza.
A partir de aquí el Guadiana deja de ser frontera y pasa a ser totalmente portugues.


Pomarão


Cais de Pomarão


Café do Cais
Un cartel muy bonito y un nombre muy sugerente, pero no es más que un “guichi” (tasca, taberna). No tenían nada de comer, solo un poco de queijo de ovelha, paio (embutido de lomo de cerdo), un poco de pão y azeitonas, eso si la cerveza “Sagres” muy fría y un personal amable.
La crecida del río, producida por las lluvias del pasado mes de marzo, llegó a entrar en el bar.


Atrás dejamos Pomarão y su antiguo cargadero de mineral, hasta aquí llegaban cargueros de hasta 5 metros de calado.
La corriente empezaba a favorecer nuestra navegación, pero la alegría duró poco, no se por que extraño fenómeno, dos o tres kilómetros río arriba, dejamos de notar la corriente aunque la marea seguía subiendo.


Cais da Penha d´Aguia
Hicimos una parada para reponer fuerzas y estirar las piernas, aun nos quedaban 10 kms hasta Mértola y estábamos para el arrastre.
Durante la parada estuve observando el río y ni rastro de corriente.


Conforme avanzaba la tarde iba mejorando el tiempo, quedando el viento en calma lo que nos permitió disfrutar de los últimos kilómetros a pesar de nuestro lamentable estado físico.


Por fin divisamos Mértola. Estuvimos un rato remando lo más lento posible, para disfrutar de las vistas de la “Vila Museu”.


Aunque estabamos deseando bajarnos de los kayaks, no pudimos resistir la tentación de ir hasta el puente para seguir disfrutando de una vista tan maravillosa y esperada.
Sigo dándole vueltas a la cabeza con el tema de las corrientes, aquí sube el nivel del agua pero ni la más mínima señal de corriente. Quizás la anule el agua que baja por el río.


No podía faltar mi querido GPS.


Llegamos a Mértola a las 19:00, recogimos el material y subimos al Residencial Beira Rio, distante unos doscientos metros, un pequeño y encantador hotel cuya dueña y empleadas son muy amables.
Después de ducharnos dimos un paseo andando hasta el restaurante “O Brasileiro”, especialista en comida alentejana; cenamos una açorda de perdiz, lombinho de porco preto grelhado, pudin de ovos y doce de torrão, y por supuesto varias Sagres heladas.
De camino hacia el hotel, no pude resistir la tentación de tomarme un par de “GinTónicos” en la terraza del restaurante “Boa Viagem”.


Amanecer en Mértola, un paseo por el pueblo mientras sale el sol, un buen desayuno y otro paseo para comprar quesos y embutidos. Y de vuelta para casa que esto se acabó, pero … volveremos.


Más información de la ruta: Mértola - Vila Real de Santo Antonio (Los preparativos)



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1 comentario:

  1. Si antes me quede maravillado ahora alucino en varios aspectos: resistencia, belleza, fotografía, planificación, etc...
    De nuevo, enhorabuena.
    Andrés Barba

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